En un bol grande, mezclar las harinas, la levadura desmenuzada (o seca) y la sal.
Colocar la margarina y hacer un arenado, si se reemplaza por aceite de coco, usar el mismo procedimiento utilizando el aceite en estado sólido. Si se reemplaza por aceite de oliva o de girasol, colocar el aceite en el centro de la mezcla de harinas y proseguir con el siguiente paso.
Agregar el extracto de malta si se utiliza y el agua tibia y mezclar, amasar unos minutos hasta unir, debe resultar una masa tierna.
Al utilizar diferentes harinas, puede quedar demasiado húmeda o muy seca, ajustar agregando más agua o más harina, dependiendo de la absorción.
Tapar el bol y dejar descansar 1 hora en un lugar cálido.
Estirar la masa de forma rectangular hasta que mida 1 cm. de espesor.
Pincelar con aceite de oliva y doblar en 3 (como se doblaría una carta).
Repetir este paso 2 o 3 veces.
(Esto es lo que produce el efecto hojaldre).
Estirar nuevamente la masa de forma rectangular hasta que mida 1 cm. de espesor.
Espolvorear toda la superficie con azúcar y luego con un vaporizador con agua, humedecer un poco el azúcar.
Hacer una marca en la mitad del rectángulo y enrollar desde arriba hacia el centro y desde abajo hacia el centro armando dos rollitos que se unen en el medio.
Cortar las palmeras del grosor deseado y acomodar en una placa con papel manteca, aplastarlas un poquito acomodando la forma.
Llevar al horno precalentado moderado 180 ºC por 15 o 20 minutos o hasta que estén doradas y crujientes.
Dejar enfriar antes de consumir.