Colocar la harina, el polvo de hornear, la sal y el azúcar en un bol. Integrar.
Añadir el aceite de oliva y la soda. Mezclar con espátula y luego integrar con la mano. Debe quedar un bollo bastante pegajoso.
Aceitar una pizzera y estirar el bollo con las manos aceitadas.
Untar la superficie con la salsa de tomate y llevar a horno precalentado moderado a bajo (aprox. 180º) durante 15 minutos.
Agregar la mozzarella y volver al horno. Esta vez subir la temperatura al máximo para ayudar a que la mozzarella derrita más pronto y que se doren los bordes.
Agregar orégano, merkén y pimienta. Sumar las aceitunas, cortar en porciones ¡y disfrutar en compañía!