Remojar por un lado las semillas de girasol con abundante líquido.
Las de chía y lino pueden remojarse juntas y usando líquido para cubrirlas, que apenas las tape.
Las de sésamo no es necesario remojarlas. Aunque si quieren hacerlo pueden -yo lo hice-, en lo posible con un fermento, porque si no quedan amargas. También se pueden tostar y moler.
En la mañana:
Colar el líquido de las semillas de girasol y de sésamo (en caso de que las hayas remojado). Las de chía y lino no van a poder colarse, verán que se habrá formado una masa de mucílago y semillas, eso es justamente lo que necesitamos.
Colocar todas las semillas en un bol.
Añadir la harina de almendras, la de coco y la sal. Integrar bien.
Agregar la cucharada de psyllium y formar una pasta compacta.
Colocar la pasta entre dos papeles manteca y estirar con palo de amasar formando un rectángulo de 2-3 milímetros de espesor.
Retirar el papel de la superficie y cortar en cuadraditos para hacer las galletitas.
Si las van a deshidratar: retirarlas con ayuda de una espátula del papel y colocarlas sobre el deshidratador. Deshidratar a 55° durante 8 horas aproximadamente.
Si las van a hornear: colocarlas en el papel dentro de una placa para horno y cocinar a horno mínimo hasta que estén sequitas.