Disponer la harina en un bol. Añadir la cúrcuma y la sal (o kala namak). Mezclar y disponer sobre la mesada limpia en forma de círculo.
En el medio volcar el chorrito de aceite y, de a poco, el agua fría. En paralelo hay que ir amasando de afuera hacia adentro y agregando agua hasta formar una masa con la humedad justa, es decir, que no se pegotee en las manos.
Una vez formada la masa, dividir en dos y estirar con palo de amasar hasta que quede fina. Usar el semolín para que no se pegotee.
El molde de sorrentinos que yo tengo tiene espacio para 8 unidades, la masa alcanza para usarlo entre 3 y 4 veces. Importante: lo que sobra no se puede volver a amasar, porque es una masa muy dura, así que hay que calcular bien la forma de estirar la masa.
Si no tenés molde, podés usar un vasito para cortar los sorrentinos. Eso sí, asegurate de presionar bien los bordes para que no se abran.