Colocar los granos de trigo sarraceno en un bol con abundante agua y dejar en remojo durante toda la noche.
Escurrir el agua con la ayuda de un colador fino y enjuagar nuevamente los granos hasta que el agua salga transparente.
Colocar la mitad de los granos en una licuadora junto con la banana, la pulpa de arándanos, las semillas de chía, la pasta de maní y el azúcar mascabo. Pulsar por unos segundos. No es necesario que quede una consistencia lisa.
Trasladar la mezcla a un bol de desayuno, agregar el resto del trigo y la fruta cortada en cuadrados pequeños.
Tostar las escamas de coco y agregarlos al bol junto con el chocolate rallado.