Mezclar el agua con la harina de garbanzos, la pizca de kala namak y la cúrcuma.
Por otro lado, disolver el almidón en 1 taza de leche.
Incorporar a la mezcla de garbanzos, agregar el resto de la leche.
Agregar el azúcar y la vainilla.
Llevar a fuego hasta que espese, removiendo constantemente.
Agregar el aceite de coco, mezclar y llevar a un recipiente de cerámica o vidrio. Cubrir con film inmediatamente y bien pegadito a la crema -sin dejar aire-. Refrigerar.
Para la masa quebrada:
Colocar la harina, la sal kala namak, la cucharada de azúcar y la cúrcuma en un bol. Mezclar.
Agregar la margarina e integrar con los dedos. Debe quedar como arena.
Sumar de a poco la leche o el agua fría -lentamente, para no pasarse de líquido- e integrar bien. No debe amasarse demasiado, simplemente hasta formar un bollo de masa firme.
Envolver con film y descansar en la heladera por al menos 20 minutos.
Pasado ese tiempo, estirar el bollo cubriéndolo con film o papel de horno, con ayuda de un palo de amasar. Formar un rectángulo de aproximadamente 30 cm de largo -para forrar una tartera de 25 cm-.
Forrar la tartera previamente aceitada y enharinada, pincharla con un tenedor y llevarla a horno precalentado moderado durante 10 a 12 minutos.
Para el armado:
Sobre la masa precocida, volcar la crema pastelera. Distribuir sobre toda la superficie.
Lavar bien las peras y cortarlas en fetas o gajos finos. Acomodarlos por encima de la crema pastelera.
Espolvorear con azúcar o semillas de amaranto y llevar a horno moderado hasta que la masa esté bien doradita.
Notes
Puede servirse tibia o fría. Conservar en la heladera si no se la come en el momento.