Si comer es un acto político, el veganismo es el camino de la revolución. Leonardo Anselmi no usa boina, ni fuma habanos, tampoco usa armas de fuego como el Che y su propósito no tiene por objeto la soberanía de un país, sino la alimentaria. Conocé al activista vegano que, con la palabra y el paladar, está cambiando lo que ponemos sobre la mesa.
Nació en Argentina, pero el amor lo llevó hacia el viejo continente, más precisamente a la ciudad de Barcelona. Estudió marketing, pero la vida quiso que en lugar de ejercerlo al servicio del beneficio económico y las empresas lo hiciera en pos del beneficio común y la ética. Leo Anselmi se presenta como activista y pacifista y asegura que siguió ese camino porque no le quedó otro, porque fue el único rumbo que le permitió su propia consciencia. “Ser activista es ser consciente de esa consciencia que se tiene, de ese caminar tan triste como inevitable. Creo firmemente que «activista» es quien no quiere serlo, quien quiere realmente solucionar aquello por lo que trabaja”.
Lleva una vida vegetal desde hace un poco más de once años. La decisión la tomó después de ver imágenes de un matadero y de unos laboratorios de experimentación. “Eso hizo que se me caiga una venda que llevaba en los ojos desde que eran un niño”, asegura. Su alimentación es 100 % plant based, no usa animales en su vestimenta y, si existe la opción, no consume productos testeados en animales; tampoco participa en entretenimientos que emplean animales y pretende causar el menor impacto negativo posible en la vida de todo animal, incluido -obviamente- el humano. El veganismo, según Leo, tiene que ver con un profundo humanismo.
“Creo que el «ser humano» no es una condición con la que se nace, sino que se merece según nuestro comportamiento, así que pensé que un mundo «más humano» sería posible”.
Su activismo fue clave para que Barcelona se declarara, en 2016, como la primera ciudad del mundo veg friendly. Esta acción fue producto de mucho trabajo, desde 2007 viene pujando para llevar el asunto desde la sociedad civil hacia las instituciones. Actualmente, el ayuntamiento de Barcelona se ha comprometido a poner en marcha toda una serie de dinámicas, eventos y planes de políticas a favor de la alimentación vegana y vegetariana. Pero el objetivo no queda ahí: “la idea es crear un red internacional de ciudades veg friendly y en eso estamos, pero todavía faltan años para terminar el precedente que queremos que sea replicado”.
“En el ámbito de la alimentación creo que el veganismo puede ser una enorme revolución mundial, la única que podría igualar a una revolución alimentaria como fue el neolítico que, además, fue la única revolución verdadera y global de la historia. Digamos que me hice vegano por los animales, pero a medida que fui investigando sumé otras razones con las que estoy también plenamente de acuerdo como la justicia alimentaria global y la eficiencia del grano, el cuidado del medio ambiente (aire, agua y tierra), la salud humana (la propia y la pública), la defensa de las finanzas públicas y la lucha contra la especulación en el plano alimenticio, la soberanía alimentaria y la promoción de una cultura de paz”.
Vegacelona dice
Nos ha encantado vuestra publicación. Estamos totalmente de acuerdo con lo que dice. Nosotros al igual que él, empezamos en el veganismo por los animales y poco a poco te vas dando cuenta de más cosas. Para siempre #GoVegan
Lorena Raffaelli dice
Gracias por tu comentario!
Sai dice
♥️ Da para mucho debate