Hacía mucho tiempo que venía con ganas de tener mi propia huerta. Un cuadrado de tierra dedicado a cultivar alimentos. Lo único que había tenido hasta ahora era un macetero con aromáticas, que si, es hermoso, pero tenía ganas de ir un poco más allá.
Hace un año nos mudamos a una casa con mucho espacio, con una terraza muy grande que recibe absolutamente todo el sol que te puedas imaginar, pero, seguía vacía con el correr de los meses, pues había otras cosas más urgentes que la huerta.
Finalmente nos decidimos y pusimos manos a la obra, no te pienses que me puse a plantar, pues yo, a diferencia de mis hermanas no tengo mano verde. A mi, las únicas plantas que no se me mueren son los cáctus y las suculentas…
Como no tenía idea, mi poner manos a la obra fue llamar a la experta: La Juanita Huertas que hizo todo por mí. Armó un hermoso espacio verde en mi terraza, plantó y me enseñó como cuidar y cosechar los hermosos vegetales que están creciendo divinamente.
Mi hijo Simón está feliz con la huerta, cada día quiere subir a regar, a ver cuánto crecieron las rúculas y las acelgas, es realmente inspirador ver cómo se entusiasma y maravilla por la naturaleza.
Por ahora solo hemos probado un poco de romero, tomillo, perejil y albahaca, pero estamos con mucha ansiedad por hacernos una ensalada de rúcula y tomates cherry y por desenterrar las zanahorias!
Simón es fan de las berenjenas, así que estamos esperando por ellas también.
Lo mejor es que, no hace falta tener un espacio enorme para disfrutar de una huerta urbana, hay muchas opciones para balcones o patios pequeños. Es una muy linda experiencia la de cultivar tus propios alimentos, es mágico y te hará apreciar y valorar cada hoja, cada fruta, cada vegetal de una manera muy especial.
Volveré para ir contándoles de las cosechas!
Ojalá les inspire a plantar!
Abrazo verde,
Loli
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