Estas galletitas atesoran una historia especial, porque me recuerdan mucho a mi abuela paterna. Así que al veganizar la receta, la tuve siempre en mi mente…
Una vez a la semana, la abuela Negra se aparecía en casa a la hora de la merienda. Su verdadero nombre era Yolanda, pero le decían Negra desde chiquita, al parecer porque era muy rubia. Nosotras también le decíamos Negrucha o «abueluchi». Siempre llegaba más o menos a la misma hora y tocaba un timbre largo, larguísimo. Y, aunque ya sabíamos que era ella, nos gustaba preguntarle «¿Quién es?» por el portero eléctrico, sólo para que ella respondiera un eterno «Abuelaaaaaaaaa». Bajo el brazo traía su inconfundible bolsa de plástico con la publicidad de alguna tienda. La que más recuerdo era una roja de una casa de calzado que tenía un zapato ilustrado y el nombre en letra cursiva. A la abuela no le gustaba usar cartera, ella guardaba todo lo que necesitaba en esa humilde bolsita: monedero, llaves, alguna sorpresa y algo rico para acompañar el mate, el té o el café.
La abuela, igual que nosotras, disfrutaba mucho de comer. Entre sus favoritos destacaban los polvorones, los bizcochitos y cuernitos de grasa, las agridulces, las pepas, las medialunas con jamón y queso y por supuesto, las lengüitas de gato. Eso sí, si había pizza sobrante de la noche anterior, entonces se sentía en la gloria: pizza fría y mate era lo mejor que podía pasarle.
Al final, hablé mucho de mi abuela y poco de la receta. Pero es que esta es una receta-homenaje!
Estas galletitas «son pura manteca» que, en este caso reemplacé con margarina -pero también se puede usar aceite de coco-. Para que quede una masa liviana y crocante, se usa azúcar impalpable en lugar de azúcar común.
También lleva huevos. Bah, en realidad, lleva claras de huevo. Pero yo usé 2 «huevos veganos» compuestos por la mezcla que les expliqué en esta otra receta. Por unidad lleva: 1 cucharadita de harina de garbanzo, 2 cditas. de fécula de maíz, 1/2 cdita. de kala namak, 1/4 cdita. de cúrcuma en polvo y 1/4 cdita. de bicarbonato de sodio, mezcladas en 4 cucharadas de agua.
La mezcla no se amasa, sino que se coloca en una manga y se distribuyen bastoncitos a lo largo de una placa aceitada y enharinada. Importantísimo: distribuirlos con mucho espacio entre sí, porque la masa se expande.
Deben sacarse del horno apenas se doren levemente los bordes. Y hay que dejarlas enfriar para que se vuelvan crocantes. Luego, se pueden espolvorear con azúcar impalpable o sumarles un poco de chocolate. La versión clásica tienen la punta bañada en chocolate, pero yo decidí decorarlas con rayas en toda la superficie.
Les dejo la receta. Y les advierto: son un vicio!
Lengüitas de gato
Ingredientes
- 100 gr de margarina vegetal o aceite de coco
- 100 gr de harina leudante
- 100 gr de azúcar impalpable
- 2 huevos veganos ver composición en la entrada
- 1 cdita de extracto de vainilla
Además:
- chocolate amargo para decorar
Elaboración paso a paso
- Tamizar los polvos (harina y azúcar impalpable).
- Añadir la margarina a temperatura ambiente.
- Sumar el extracto de vainilla y los dos huevos veganos. Integrar con la ayuda de una espátula.
- Colocar la preparación en una manga y sobre una placa para horno previamente aceitada y enharinada, trazar pequeños bastones de unos 8 cm de largo, tomando la precaución de dejar buen espacio de distancia entre sí.
- Llevar a horno mínimo precalentado, durante aproximadamente durante 10 minutos, o hasta que apenas se doren los bordes.
- Sacar del horno y dejar enfriar para que se pongan crocantes.
- Derretir el chocolate y trazar líneas por toda la superficie.
- Pueden guardarse en la heladera hasta el momento de ser consumidas. No pierden su crocantez!
Paula dice
Podría reemplazar los huevos veganos por las semillas de chía o lino?? O con cual otra opción podría reemplazarlos??