Patalín

Hoy voy a ponerme nostálgica… ¿Les conté alguna vez que de chica NO ME GUSTABA EL HELADO? Después fui educando mi paladar o aprendiendo a comerlo más pausadamente, no sé, porque el motivo de que no me gustara cuando chica era el famoso brain freeze (cerebro congelado), una reacción del cerebro para protegerse de los cambios drásticos de temperatura. Así que cuando papá compraba helado, a mi me traía un yogur o mantecol o dulce de leche.

Peeeeeeero, sí tengo el recuerdo de comer Patalín «sabor a frutilla, sabor bien helado, lo hace Lap*nia, seguile los pasos». ¡Era el único helado que me gustaba!

Un helado de lo más simplón, pero con una formita que llamaba la atención.

Como es época de frutillas y el bolsón de Banana Che lo sabe, ¡hay que aprovecharlas! así que decidí recrear esta paleta.

Algunos consejos

• Para la crema usé la base de esta crema tipo chantilly de cajú pero, en lugar de endulzar con dátiles, usé azúcar impalpable para que no me modificara el color. También pueden usar la versión de coco o la crema para batir que enseñamos en nuestro Curso de Lácteos Vegetales II.
• Azúcar puse poca cantidad y una pizca de sal que siempre ayuda a resaltar el dulzor, pero, si lo quieren más dulce, agreguen!
• Para darle más cremosidad, agregué dos cosas: goma xantana y aceite de coco. La goma xantana apaga un poco los sabores, así que hay que usarla con cautela.
• Yo usé frutillas naturales y para potenciar su sabor, le agregué apenas unas gotas de extracto de vainilla.
• Para lograr un color más intenso, agregué remolacha en polvo, pueden usarla en puré o jugo, cambiar por colorante o no poner nada, es solamente una cuestión estética -como el molde de patitas que AMO, y conseguí en Mercado Libre, por si les sirve la data-.

No tiene muchos secretos, así que vamos a la receta!