No voy a hacer ahora un racconto de todo lo que el labial rojo significó a lo largo de la historia de la humanidad, ni a enumerar todo lo que simboliza hoy en día. Voy a limitarme a decir que para mí es un emblema del feminismo, que lo llevo con orgullo y que me hace sentir poderosa. Amo pintarme los labios de rojo, pero en esta nota no voy a hablar de los porqué y tampoco voy a relatar paso a paso los cómo, solo les voy a compartir un tip que me cambió la vida. Bueno, sí, ¡exagero un montón! Lo único que este consejito cambió fue la piel de mis labios pasa que, a veces, una pavadita como esa tiene el poder de cambiarme el humor por completo…
Yo ya sabía que para que el color del labial perdure hay que pintar en capas. Es decir, pintar y secar con papel, volver a pintar y secar con papel y así al menos tres veces. También sabía que antes de aplicar color hay que hidratar con algún bálsamo. Pero del tema exfoliación no tenía ni la más remota idea. O sea, sí, me habían dicho que hay que exfoliar para que no se te formen esas pielcitas molestas que dan mal aspecto y pueden lastimar los labios, pero lo hacía una vez por semana o una vez cada tanto. Y no notaba progreso. Claro, porque lo hacía mal.
Exfoliar la piel de los labios no es lo mismo que exfoliar la piel de la cara. Para que la cosa funcione hay que usar un producto mucho más suave ¡y hacerlo todos los días! Incluso, a veces, más de una vez.
El descubrimiento vino de la mano de Lush, una empresa de cosméticos naturales, generalmente orgánicos y -casi todos- veganos. Ellos tienen un lip scrub llamado Bubblegum. Se trata simplemente de azúcar mezclada con aceite de jojoba y algún colorante que le da un tinte rosado. Lo único que hay que hacer es “mojar” el dedo índice con el producto y frotarlo en los labios. Esa sola y pequeña acción, un paso simple que no demora ni un minuto y es muy fácil de incorporar antes o después de cepillarse los dientes. Como resultado de hacerlo a diario, mis labios no sólo dejaron de escamarse, sino que están más hidratados. Es que, a medida que los granos de azúcar provocan la exfoliación, el aceite de jojoba, nutre e hidrata. Pero, lo mejor del caso, es que no es necesario salir a comprar el tarrito de exfoliante: mezclando azúcar con aceite de coco (u oliva, por mencionar algún aceite saludable que hay en casi todas las cocinas) podrás obtener tu propio lip scrub sin gastar demasiado. Eso sí, procurá dejarlo a mano para incorporarlo a tu rutina.
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