El veganizador

Creativo hasta la médula, Lolo Generoso estudió cine, publicidad y diseño de joyas antes de darse cuenta de que su verdadera vocación artística lo esperaba sobre la mesada de la cocina. El chef detrás de NatGen, nos comparte su experiencia.

Todo empezó con su cambio de alimentación, “empecé a cocinar para mí y mis amigos, se fue corriendo de boca en boca, a la gente le gustó y de casualidad arranqué a vender hasta que se transformó en un negocio. Recuerdo que abrí una página de Facebook, me mandaban mensajes, tomaba los pedidos, cocinaba, repartía, ¡todo! Como si fuera una gran empresa pero todo lo hacía yo!!! Me iba con un bolso lleno de medallones desde zona norte a Banfield. Así empezó. Primero fue por el veganismo y por aportar algo al mundo animal, pero la energía fluye y se convirtió en esto”. “Esto”, como él dice, son dos pequeños locales (el primero lo abrió en Colegiales y el segundo en Villa Crespo) que venden productos veganos que él mismo produce. Desde viandas (hamburguesas, tacos, ensaladas), hasta medialunas, alfajores, leches, yogures, quesos e incluso tortas que también pueden pedirse por encargo. A sus tiendas NatGen llega todo tipo de público: veganos y no veganos se deleitan con sus sabores porque todo es tan rico y tan casero que si vas una vez, volvés seguro. Quien haya probado el alfajor relleno con dulce de leche de almendras y bañado en chocolate amargo, sabrá de qué estoy hablando.

“Mi comida es primordialmente vegana pero RICA”, asegura Lolo y aclara que no es nutricionista. “Porque a veces se me quejan de que uso gluten, o azúcar blanca pero yo digo no tengo una macrobiótica ni soy nutricionista, yo ofrezco productos que me gustan, mi objetivo es que sea comida rica”. Sus inicios en la cocina, cuando todavía no era vegano, se dieron en el hotel Alvear y después pasó a un restaurant italiano. Para cuando hizo click y dejó de consumir productos animales, tenía tantos menúes en su cabeza que decidió empezar la transformación por ahí: “adopté todas las recetas que conocía al veganismo. De hecho, mi sueño es agarrar una carta de cualquier restaurant no vegano y veganizar todo”. Para él, la cocina vegana no tiene límites: “hay mucha creatividad. La mayoría de la gente come dos tipos de milanesa o de hamburguesa: carne y pollo. Nosotros, los veganos, comemos de seitán, quinoa, lentejas, soja, garbanzos… Usamos especias, semillas, granos. Las posibilidades son infinitas”.

“Cocinar es crear, es un acto de amor y es creación”, define el chef que entró a la vida adulta estudiando publicidad, carrera que no lo convenció por lo que decidió pasarse a cine pero, aunque esta vez sí terminó, sintió que no debía dedicarse a eso. Tal vez porque su padre es orfebre, más tarde, se inclinó al diseño de joyas. Y fue camarero y barman antes de abrirse paso en la cocina. “Ahí descubrí un mundo nuevo”.

Y fiel a su apellido, Generoso nos comparte una receta aunque le cueste escribirla . “Porque yo cocino a ojímetro”, bromea y aconseja que igual no se la siga al pie de la letra “siempre hay que apropiarse de la receta, hacerla tuya”.

Y va la receta!